“...sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.” Hebreos 11:6 NTV
Si hubiera un apodo por el que me gustaría ser conocido sería el de “soñador” así como José el hijo de Jacob. Y es que si yo hiciera una cuenta de cuánto tiempo paso al día soñando se sorprenderían.
En verdad soy un soñador en toda la extensión de la palabra, tengo sueños muy vívidos mientras duermo, también sueño (es decir, hago planes) mientras hago mis actividades diarias, sueño (imagino cosas absurdas) en cada momento de ocio, y sueño (espero demasiado) con el éxito de mis proyectos.
Como yo en cierta etapa de mi vida, allá afuera existen millones de personas que invierten su tiempo en solo soñar sin concretar nada ya sea por miedo, baja autoestima, desamor, desilusión, por un auto sabotaje o por una maldición auto aceptada dictada por nuestros padres, maestros o alguien a quien amamos.
Pero ¿cómo pasar de un sueño a una realidad?
La Biblia nos enseña que el componente primario de todo sueño exitoso, en cada historia narrada en sus páginas, es la Fe. El problema es que muchos creemos, y aceptamos como válida, esta definición: que la fe es simplemente la denominación de tu credo religioso; pero esto es un error.
Nos educaron a defender una fe, o sea, una religión, pero la religión no tiene nada que ver con la fe. Usamos la palabra fe para referirnos a que esperamos que una situación mejore: ”tengo fe que cambiará“, “tengo fe en que terminaremos a tiempo”, ”le tengo fe, se ve buena persona”, etc. Los notarios utilizan el término “fe” para referirse a un evento como verdadero o cierto: “doy fe”
Pero, la fe a la que se refiere la biblia es en realidad un sinónimo de actitud la cual determina cómo (en qué condiciones) atravesarás un problema, una crisis, una pérdida, pero también una celebración, y si, también cómo llevarás a cabo un sueño.
Primero debes entender que tus sueños no siempre son los sueños de Dios para tu vida, o sí pueden ser, pero quizás no los estés enfocando de la mejor manera. Entonces debes reconocer cuándo un sueño proviene de Dios, por ejemplo: Dios “Habla en sueños, en visiones nocturnas, cuando el sueño profundo cae sobre las personas mientras están acostadas.“ Job 33:15 NTV
¿Te ha pasado que despiertas con una idea fija en la mente? Bueno, puede que sea una sueño de Dios para ti. Después debes entender, y esta es la parte más complicada, que quizás tengas un sueño por el cual debas trabajar para que alguien más lo desarrolle y lo disfrute. Abraham, Moises, David, Daniel, Pablo, son casos concretos de este tipo de sueño. Tuvieron sueños poderosos, inmensos, y trabajaron para su cumplimiento, pero nunca llegaron a conocer su obra. Aquí se cumple el dicho popular de que “la felicidad no es llegar a la meta, sino el camino”.
Entonces, ¿cómo hago de un sueño una realidad? mediante una fe activa. Una fe activa te ayuda establecer puntos de realidad en tus sueños y una dirección correcta. Cuando sueñes sigue estos pasos:
Compártelo. No te quedes con esa idea dando vueltas en tu cabeza, compártelo con tu cónyuge, padres, amigos, y si asistes a una iglesia, con tus compañeros y líderes.
Entrégalo a Dios. Al mismo tiempo que compartes tu sueño, entrégaselo a Dios, dale la autoridad para que Él te confirme que viene de él mismo. ¿Cómo lo confirmará? No dejes de leer su palabra, y escucha las respuestas del punto anterior.
Ora por ese sueño. Ora en todo momento como dijo Pablo, hasta en sueños sigue orando. La oración, y la lectura de la biblia, son sin duda la mejor forma de comunicación y confirmación del plan de Dios para tu vida.
Trabaja en su cumplimiento. Si todo va por buen camino, deja de soñar y ponte a trabajar. Si ya Dios te ha dado una confirmación, sigue orando por llegar a la meta, pero ponte a trabajar. Dios hace lo imposible pero nosotros trabajamos sobre el camino que Él nos va abriendo.
Permite que Dios fije su fuerza y tiempo en el. Dios es quien te dará el ánimo y la fuerza para seguir, y también Él será quien determine cuándo se cumplirá. Así que no te desesperes, recuerda que es Su sueño para ti, no el tuyo para El, y que puede que estés sembrando para que alguien o algunos más cosechen.
Considera esto:
¿Cuál es el sueño más grande en tu vida?
¿Estás dejando en manos de Dios su cumplimiento? Date un tiempo para pensar el motivo y propósito de tu sueño y comienza a orar por el.
Hoy es un buen día para comenzar a soñar. Si quieres comentarnos tus sueños, podemos ayudarte a lograrlos. Escríbenos a alivio.oportuno@gmail.com
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